Teniendo en cuenta la etapa de desarrollo del niño cuando se aplica la terapia cognitivo-conductual (TCC), las intervenciones son muy importantes. Dado que la TCC implica trabajar con cogniciones, el terapeuta infantil necesita ajustar las técnicas a la capacidad del niño para pensar en términos abstractos y ser capaz de desarrollar habilidades de auto observación para evaluar sus propios pensamientos y sentimientos incluso con la ayuda del terapeuta. La perspectiva de la TCC se puede utilizar cuando se trabaja con un trastorno común presente en la infancia, como depresión, ansiedad, obsesivo compulsivo, miedos y fobias y traumas.

 

La TCC es un amplio paraguas donde los diferentes tipos de tratamientos se centran en modificar cogniciones y comportamientos disfuncionales. Los conceptos de la TCC implican la noción de cómo las conductas y los sentimientos están influenciados por el sistema de cogniciones y creencias de la persona. Por ejemplo, en la teoría de Beck se hipotetiza que el cliente presenta distorsiones sobre sí mismo, el entorno y el futuro. Los objetivos y las técnicas terapéuticas gravitan en torno al desarrollo de habilidades de afrontamiento funcionales, reestructuran las distorsiones cognitivas y promueven la resolución de problemas.

 

Algunas técnicas de TCC son el cuestionamiento socrático, la resolución de problemas, el autocontrol y la autorregulación, afectan la educación o la atención plena, la reestructuración cognitiva, la exposición o las imágenes, el entrenamiento en técnicas de relajación, el modelado y el juego de roles. Estas técnicas cuando se adaptan al niño son herramientas útiles. Por ejemplo, en mi trabajo profesional con niños, utilicé ejercicios de respiración para controlar los síntomas de ansiedad intensa en uno de mis pacientes jóvenes. Esta intervención funcionó bien para calmar el afecto ansioso de mi cliente.

 

Desde la perspectiva de la TCC, se supone que el cliente es el experto y que él o ella necesita trabajar con el terapeuta desde una actitud colaborativa. Sin embargo, es importante tener en cuenta que la naturaleza del tratamiento del niño y el niño que presenta problemas necesariamente implica trabajar con los miembros de la familia y los padres, de lo contrario, el tratamiento puede no ser efectivo.

 

 

María De Toro, Psicoterapeuta Clínica.